Un año más la Biblioteca-Archivo del Palacio de Peralada abre sus puertas al público para mostrar la riqueza de
sus fondos bibliográficos. En esta ocasión, presenta un nutrido conjunto de archivos y documentos relacionados
con la fotografía, los cuales dejan constancia del interés que tuvieron los sucesivos propietarios del castillo por
dicha técnica.
El archivo fotografico de Palaci está comisariada por Inés Padrosa Gorgot y se compone de archivos documentales, cámaras y diverso material fotográfico. Todo un recorrido por la historia y evolución de la fotografía, que abarca desde los inicios de esta técnica –más tarde convertida en disciplina artística– hasta mediados del siglo pasado. De este modo, el visitante tiene ocasión de conocer los diferentes soportes de negativos, las placas de vidrio y diversas cámaras de los siglos XIX y XX –algunas de ellas cedidas por el Museu de la Tècnica de l’Empordà –, así como clichés de acetato o incluso envoltorios de positivado.
Entre los objetos expuestos, cabe mencionar los álbumes de albúminas, concretamente uno: Àlbum dels Comtes, ejemplar hecho entre 1886 y 1893 por Tomás de Rocabertí, XII Conde de Peralada y pionero en el revelado a distancia (Pelarada-París y viceversa).
No es el único. Le acompañan otros cuadernos de fotografías como Bellezas de Gerona (1877) de J. Martí,
Àlbum Rubaudonadeu (1889) compuesto con imágenes de Josep Maria Casellas, o el ejemplar único de
Álbum de Gerona (hacia 1880-1890) hecho por Amis Unal. Completan el recorrido diversos fotograbados,
tarjetas de visita y tarjetas postales, tanto de España como del extranjero; además de reportajes de conocidos
fotógrafos de Cataluña, donde destacan nombres como Mauri, Moliné y Albareda, R. Eroles, Matorrodona,
Francesc Serra o Brangulí.
El archivo fotográfico del Palacio de Peralada comenzó a formarse prácticamente al mismo tiempo que nacía la fotografía, pues ya Tomás de Rocabertí (1840-1898) fue un entusiasta de dicha técnica. Él mismo tuvo su propio laboratorio y consiguió transmitir su afición a trabajadores y amigos, como el mallorquín Juan Miguel Sureda, marqués de Vivot. A estos fondos propios se sumaron los encargos que los condes de Peralada hicieron durante el siglo XIX a diversos autores de l’Empordà: Domingo Bosch, Jospem Maria Cañellas y Joan Corney entre ellos.
En el siglo siguiente, y tras la adquisición del castillo por parte de Damiá Mateu en 1923, se incorporaron los nuevos archivos familiares pertenecientes al propio empresario catalán, a su hijo Miquel y a la familia Suqué-Mateu.
Una parte de estos tesoros se puede visitar ahora en la Biblioteca-Archivo del Castillo de Peralada hasta mayo de 2018.